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bits from bob....
A mí me gusta mucho visitar a las iglesias de América Latina en varios países. Me gusta observar las diferencias-diferencias culturales, diferencias de método en los cultos, diferencias de emociones, estatura, y muchas otras cosas físicas. Todos estos son evidencias de la variedad del cuerpo. Algunas diferencias me parecen extrañas. Sin embargo, somos un cuerpo y miembros del cuerpo. Hay un solo cuerpo espiritual.
En 1 Cor 12:18, 24, 28, encontramos tres frases paralelas, descripciones del trabajo de Dios en ordenar el cuerpo.
Me recuerda de una maquina de licuados, una licuadora. Somos muchos, pero hay una sola iglesia. Somos muchos pero somos uno.
Esta es la naturaleza de la iglesia. Quiere decir esto que tenemos responsabilidades los unos a los otros.
(1) Debemos reconocer los papeles diferentes de los miembros.
(2) Debemos honrar a los otros miembros del cuerpo sin distinciones basadas en capacidades, trabajo, o lo que contribuyan.
(3) Los miembros débiles son indispensables.
(4) Tenemos una responsabilidad de mantener un espíritu de unidad sin divisiones en el cuerpo.
(5) Debemos sentirnos juntos, cuando otro miembro sufra, los otros debemos compartir su sufrimiento.
(6) Debemos trabajar juntos, porque podemos lograr más juntos que en separaciones y esfuerzos personales.